Mi santo Apostolado (vigilia de Getsemaní por el Triunfo de los Sagrados Corazones)
Gracias, queridos hijos, por acompañarme esta noche. Soy Jesús Agonizante, Él que les cubre a todos con su Preciosa Sangre. Les entrego la rosa de la perfecta pureza.
Aprendan de Mí que soy manso y humilde de Corazón. Hoy no sólo queden consagrados a Mí, también son los apóstoles, son los misioneros de la renovación del tiempo y de la Iglesia. Este santo Apostolado que encomiendo a mi siervo Manuel, el nuevo Elías, deben llamarse apóstoles de los Sagrados Corazones Unidos y apóstoles de los Últimos Tiempos. Luchen como apóstoles por todos mis pedidos e intenciones. Deseo que se conviertan en un real y vivo Apostolado. Difundan mis mensajes.
El objetivo de enviar a mi Madre al mundo, a través de este Apostolado, es para reanimarlos en la oración, sacrificio y penitencia. Consagren el mundo a Nuestros Sagrados Corazones.
San Luis de Montfort había profetizado este grande Apostolado. Sea realizado.
Preparen al mundo para mi Segunda Venida. Todos los mensajes que doy, los repito una última vez a mi siervo Manuel.
Los apóstoles que llevarán a cabo la última evangelización en toda la tierra quiero que estén dispuestos a consolar a mi Padre.
Mi Corazón les ama y bendice. Recen siempre el Salmo 27.
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.