16 mayo 2018 – LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL CASTO Y AMANTE CORAZÓN DE SAN JOSÉ

16 mayo 2018 – LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL CASTO Y AMANTE CORAZÓN DE SAN JOSÉ

Pequeño lirio crucificado con Jesús transmite sin desanimarte nuestros Últimos Llamados de Amor y de Conversión. No te entristezcas si los hombres responden o no al llamado de la conversión.

Tú transmite, ya que la humanidad debe responder por sí misma a vivir el llamado de Dios o a rechazarlo. Tú, pequeño hijo, solamente transmite lo que el Cielo desea decir al mundo.

Consagrarse a los Sagrados Corazones también es una forma de vivir. No es solamente hacer un acto de piedad, es practicar la consagración día a día, con testimonio y fidelidad.

Yo, San José, hacía actos de fe y de piedad, pero vivía mi consagración a los Sagrados Corazones de Jesús y de María diariamente, en mi trabajo y en mi cansancio, en el tener o en la escasez, en la alegría y en el sufrimiento. Día a día, ponía en práctica mi entrega a Jesús y a María.

Queridos hijos:

Los invito a poner en práctica con fidelidad la consagración que han hecho a los Sagrados Corazones de Jesús y de María, viviendo y obedeciendo con fidelidad los Llamados de Amor y de Conversión, a la luz de la Palabra de Dios, y que en toda su vida ordinaria ustedes la hagan distinta del mundo, poniendo en cada momento su corazón en Dios, y esforzándose, con la ayuda del Espíritu Santo, para vivir estos Últimos Llamados de Amor y de Conversión para la humanidad.

Estos Últimos Llamados han sido una gracia de la Misericordia de Dios, pero la humanidad, también, estos Últimos Llamados, ha rechazado.

Oren, oren de verdad, para que también ustedes puedan convertirse de verdad y tengan la verdadera paz, que nace del corazón que está con Dios. Los que están con Dios no deben temer, porque el que teme está dudando del Amor de Dios.

Queridos hijos:

Aumenten su confianza en Dios, como Yo también lo aprendí, en Nazaret, de Jesús y de María.

Les doy mi Bendición Paternal.

En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.