Querido hijo, mi pequeña nada:
Soy el Sagrado Corazón Eucarístico de Jesucristo y mi Sagrado Corazón Eucarístico es el mayor don que el Padre Tierno y Misericordioso ha dado a la Iglesia y a la humanidad.
Como el Sagrado Corazón Eucarístico del Cordero de Dios vengo a llamar a todos mis sacerdotes, deseo reunir a todos mis sacerdotes desde el Santo Padre hasta el sacerdote más pequeño de mi cuerpo místico.
He venido a reunir un Ejército de sacerdotes de Nuestros Sagrados Corazones Unidos para realizar, con mis consagrados, una Cruzada de Reparación Sacerdotal, pues mis sacerdotes son importantes en el cumplimiento de las ocho partes del secreto, que te hemos confiado a ti, mi pequeña victima por amor a mis sacerdotes.
El Cordero de Dios con su Sagrado Corazón Eucarístico los bendice.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.