18 de octubre de 2014 – LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL SAGRADO CORAZÓN EUCARÍSTICO DE JESÚS

18 de octubre de 2014 – LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL SAGRADO CORAZÓN EUCARÍSTICO DE JESÚS

La Gran Obra de mi Sagrado Corazón

Querido hijo de mi Sagrado Corazón hablo desde tu silencio. Oh, Juan de estos tiempos, gracias por reclinar tu rostro sobre mi Sagrado Corazón, hoy te revelaré, hijo, la gran Obra universal de mi Sagrado Corazón llevada a cabo por los apóstoles de los últimos Tiempos. Apóstoles del Triunfo del Corazón Doloroso e Inmaculado de mi Madre.

La gran Obra de mi Sagrado Corazón es derramar en mi Iglesia, el Fuego de un Nuevo Pentecostés. Por eso, infundiré mi Espíritu sobre toda carne. He aquí que, mi Iglesia se levantará y habrá un solo pastor conforme a mi Sagrado Corazón. Todo el mundo reconocerá mi redención por cada alma y la Madre Corredentora será enaltecida y amada.

La gran Obra universal de mi Sagrado Corazón, la Cruzada de mi Santo Espíritu, Armada de mi Preciosísima Sangre, Ejército del Corazón Doloroso e Inmaculado de María, son ustedes, los que proclaman que el Reinado Eucarístico de mi Sagrado Corazón solo puede venir con el Triunfo del Corazón Doloroso e Inmaculado de María, son ustedes que llevarán la única y gran evangelización antes de mi venida.

Mi Madre prepara contigo el gran Apostolado de nuestros Santísimos Corazones Unidos. Empiecen mi gran Reinado desde vuestras familias.

Yo Soy, Jesucristo, Rey del Universo, quien os dice: mi Sagrado Corazón les ama.

En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

Ave María Purísima, sin pecado original concebida. 

¡Oh, Sagrado Corazón de Jesús! enciende mi corazón con el Fuego de la Caridad Perfecta. Que tu Espíritu Divino, dado a los hombres en Pentecostés, more en mí; haga en mi interior un espacio preparado con fervor, una tierra buena y fértil que reciba la Sagrada Semilla de tu Palabra, y dé su fruto a tiempo.

Querida Santa Madre de Dios y Madre nuestra, ayúdame a guardar las Palabras de tu Divino Hijo Jesucristo en mi mente, alma y corazón, y no suba al Reino Celestial sin haber producido una abundante cosecha de amor, redención y paz que tanto necesita el mundo. En vuestros Dos Corazones Unidos me refugio eternamente. Amén.

Llamado en PDF