18 Diciembre 2017 – Llamado de Amor y Conversión de San Teresa de Jesús

18 Diciembre 2017 – Llamado de Amor y Conversión de San Teresa de Jesús

El instrumento: Santa Teresa de Ávila está aquí, nos dice:

Almas, las Moradas de la Perfección son los estados y los grados de la vida espiritual, que el alma
recorre hasta unirse plenamente, ya desde en la tierra, con Dios; esas Moradas están plenamente abiertas dentro de los Sagrados Corazones de Jesús y de María.

San José como el iniciador de este caminar es también el protector, el consejero y el compañero que ayuda a las almas a avanzar en la vida espiritual. Pero entrar en estos Aposentos a través de los Sagrados Corazones de Jesús y de María es un Llamado de Dios a todas las almas, pero no todas responden, e incluso por muchos años en la vida cristiana o por muchos conocimientos en la vida espiritual, muy pocas son las que se atreven con la humildad a aceptar esta Invitación de Dios.

Y para entrar en este caminar es Dios quien llama, y el alma, haciendo un verdadero acto de fe, de humildad y de obediencia, segura y confiada de que Dios la ama, da su ‘sí’; se siente amada, se siente deseada, se siente aceptada por el Amor Divino y da su ‘sí’ a esta transformación, a este caminar, a esta peregrinación espiritual. El alma que ha perdido el sentido del Amor, el alma que ha perdido el sentido, el horizonte de la Cruz de Cristo, el alma que ha olvidado que es amada infinitamente por Dios, difícilmente aceptará está Invitación.

Queridos hermanos, yo los exhorto a orar y en la oración sentirse amados, porque en la vida espiritual el Amor, únicamente el Amor, es la fuerza para ser santos, es la fuerza para vivir el Evangelio y practicar nuestros Llamados de Amor y de Conversión. ¡Solamente en el Amor está el secreto para empezar a desear ser santos! El alma que cae en la tibieza, en el desánimo, en el cansancio, ya está perdiendo el sentido del Amor. ¡Pidan, pues, a su Divina Majestad nunca perder el sentido del Amor!

Los bendigo con amor fraterno: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.