18 SEPTIEMBRE 2015 – LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DE DIOS PADRE TIERNO Y MISERICORDIOSO

18 SEPTIEMBRE 2015 – LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DE DIOS PADRE TIERNO Y MISERICORDIOSO

El hombre vive en la egolatría

Escribe, hijo mío, las Palabras de tu Señor y oye mi Voz con todo el amor y la devoción sabiendo que es tu Señor quien habla.

Hijo, el mundo ha perdido su fe y por ello ha perdido su devoción, pocos creen y pocos oran.

Ahora los hombres creen que son dueños de sí mismos, centran sus vidas en sí mismos y se adoran a sí mismos procurando ser centro de placer, poder, tener. Todo está bien si tienen estas tres cosas y no les importa si no tienen a Dios porque ya no hay tiempo para Dios. No hay tiempo pues están ocupados en sus trabajos, en sus méritos, en su enriquecimiento inconsciente, y adquieren incluso cosas injustamente porque el “yo”, el “ego” del mundo gobierna los corazones. Han olvidado respeto al ser humano, es decir, también el amor al hermano, mientras el otro está bien y su vecino está mal, como no es él, el que está sufriendo, todo está bien, y olvidan el Mandamiento centrándose en el egoísmo, en la comodidad, en la indiferencia.

Hoy en día muchas almas se olvidan de mi Ley, y otras muchas, ni saben que he dado una Ley.

Padres, eduquen a sus hijos, comuníquenles la fe, la más grande herencia que podéis darles es que me amen y conozcan. Hoy reina el egocentrismo y también la egolatría, el hombre es el dios de hoy que puede dar, matar, destruir cuando le plazca. Esto, hijos míos, es el engaño de Satanás que hizo a los primeros padres en el Edén, “poder ser como dioses”. No, hijos míos, no son dioses, son mis hijos y deben obedecerme, no por remordimientos sino por amor. El mundo, los hombres se creen autosuficientes y se creen dueños de toda mi creación. La insolencia, la desobediencia y la egolatría está atrayendo desgracias sobre vosotros porque la creación misma hacerlos conscientes de lo mal que actúan.

Yo, como Padre advierto y aconsejo, como Dios juzgo y guío, pero pocos obedecen, pocos creen, porque han perdido la noción de mi Espíritu. Ya no se dejan sorprender por mi Espíritu que está siempre en acción en los corazones de niños sencillos, simples y confiados.

La Reina del Cielo, la criatura más bella que os he dado, les anuncia por mi Nombre que regresen a Mí, Su Padre, pero pocos escuchan el mensaje y caminan ciegos y sordos por la misma razón.

Ahora el hombre es quien decide, no Yo, su Dios, esto acabará mal. Queridos hijos, el hombre destruirá al hombre sino obedecen.

Yo les amo y les bendigo.

En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Ave María Purísima, sin pecado concebida.