Queridos hijos, deseo hablarles de manera muy clara, abierta y precisa. Por orden de mi Hijo Jesús me he manifestado en muchos lugares de la tierra, pero cuando me manifiesto, es para impulsar una Obra muy seria, ordenada y obediente. Vengo al mundo con un Mensaje de Amor para la conversión de todos, pero Satanás también ha querido estropear mis Obras. Donde mi Hijo y Yo estamos presentes, también está Satanás para desviar, confundir y alejar de la Verdad a las almas.
Por eso, hijitos míos, deben tener muy claro que siempre que el Cielo envía un profeta, el adversario envía muchos, pero falsos profetas, para tratar de opacar la Luz de la Verdad.
Hijos míos, muchas almas están distraídas; buscando, queriendo ver, sentir… y se olvidan de lo importante: escuchar el Mensaje, y vivirlo. Hijos, Yo les aconsejo: no busquen tanto, no se alejen de la Verdad en sus pensamientos, reciban con sencillez, con humildad y con alegría, mis últimos Llamados de Amor y de Conversión, por medio de los cuales se repasará al mundo los auténticos Mensajes del Cielo.
Todos los que vengan a mi pequeño Jardín con corazones de niños dispuestos a escuchar, a aceptar y vivir el Mensaje, recibirán las Gracias del Cielo. Solamente los que están dispuestos a seguirnos comprenderán nuestros Mensajes, sólo los corazones bien dispuestos nos podrán entender y obedecer.
Les animo, queridos hijos, a orar mucho. No se confundan, lean y mediten mis Llamados de Amor y de Conversión a la Luz de la Palabra de Dios.
Les doy mi Bendición Maternal: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.