Querido hijo:
El Señor al fijarse en tu nada ha querido manifestar su amor y Gloria y al hacer tu corazón mas pequeño, Dios es mas glorificado. Esa pequeñez tuya enaltece la grandeza del Señor.
También el silencio, la oración y el servicio es pequeñez, y mi Casto y Amante Corazón desde niño fue educado en estas virtudes, así el Espíritu Santo me formaba para llegar a un nivel espiritual más elevado y entre más alto volaba mi alma, más pequeño e indigno me sentía.
Mi Casto y Amante Corazón, por el Espíritu Santo, fue a encontrarse con el Corazón de María y me consagró como esclavo eterno de María y María me hizo esclavo y apóstol en el Amor del Sagrado Corazón de Jesús.
En estos tiempos, como el Casto y Amante Corazón de San José, les quiero enseñar la verdadera devoción a los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y de María.
Les doy mi Bendición Paternal.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén