Yo soy el Santo Patriarca de los apóstoles de los Últimos Tiempos y el Protector de la Iglesia de Jesús. Mi Casto y Amante Corazón es el verdadero camino que los llevará a la eterna Alianza con los Sagrados Corazones de Jesús y de María.
Este Apostolado, profetizado por Dios, querido por su Voluntad Divina y ahora concretizado en este apostolado mundial, vive la espiritualidad de la Alianza de los Dos Corazones. Los santos profetas quisieron ver y vivir esta Alianza, muchos santos se adelantaron y vivieron la Alianza.
Ahora, que se les muestra la Alianza de los Dos Sagrados Corazones, y mi Casto y Amante Corazón como medio para llegar a esta Alianza a través del Apostolado: ¡oren!, oren y lean con el corazón nuestros Llamados, para que no rechacen este urgente llamamiento que Dios les hace, a vivir la Alianza de Jesús con María.
Y tú, nuestro pequeño profeta, nuestra nada, que en tu pequeñez nos reparas y consuelas, eres el signo visible de todo este misterio. Por eso, los Sagrados Corazones se han encarnado místicamente en el tuyo, y por eso es que sus Lagrimas de Amor y Dolor brotan como escarche y lagrimas de tus manos, para derramar, también, gracias que acompañen, como signo de Dios, esta gran misión de establecer en el mundo el Reino de los Sagrados Corazones Unidos.
El Apostolado, los Llamados de Amor y de Conversión, la encarnación mística, las exudaciones de las santas Lagrimas, todo ello son manifestaciones del amor de Dios para sus hijos, y para que a todos les lleguen las gracias de la Alianza de los Dos Sagrados Corazones. Y solo a través de mi Casto y Amante Corazón pueden llegar a unirse a Jesús y a María.
Yo los bendigo.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.