2 de febrero de 2018 – LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL SAGRADO CORAZÓN EUCARÍSTICO DE JESÚS

2 de febrero de 2018 – LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL SAGRADO CORAZÓN EUCARÍSTICO DE JESÚS

Cuando mi Madre dijo “Sí” al Plan Redentor de mi Padre Eterno, el Espíritu Santo la tomó. A través de la rendición de la voluntad de mi Madre a la Voluntad del Padre, el Espíritu Santo produjo el gran milagro de la Encarnación, es así cuando Yo fui concebido en el seno de mi Mamá por medio de la Gracia Divina. Cuando mi Mamá dijo “Sí”, la Trinidad Santísima actuó en la vida y en el ser de mi Mamá Celestial.

Apóstoles de mi Sagrado Corazón, cuando la voluntad de ustedes, voluntades humanas se rinden a la Voluntad Divina, ese acto es un “sí”, un “hágase”; por medio de esa renuncia a ustedes mismos, Dios Trinidad hace grandes obras en ustedes.

Cuando las voluntades humanas de ustedes, cuando sus impulsos, sus sentimientos, sus imperfecciones los detienen; cuando están propensos a la ira, a la impaciencia, al desánimo, a la desconfianza, pero se niegan a eso ante la Voluntad del Padre, ¡Dios hace Maravillas!

Es necesario que oren, para que viendo el ejemplo de mi Mamá al decir “Sí” a Dios y al decir “No” a Ella misma se produjo la Gracia de la Encarnación y desde la Encarnación, la Redención de todos los hombres– cuando ustedes se dicen “no” y dicen “sí” a lo que Nuestros Sagrados Corazones esperan de ustedes, mi insondable misericordia puede hacer grandes obras.

Yo deseo con todo mi Corazón que sean santos, para que cada día sea nuevos pasos hacia la santidad y no hacia la perdición. Pero todo inicia con el “sí”, con el “hágase”, con la rendición de vuestras voluntades a la mía. 

Mi Voluntad solamente es Amor, solamente es Misericordia y, solamente desea producir frutos de paz, de amor y de santidad en sus vidas.

Yo soy Hijo del “Fiat” de mi Mamá Celestial. Oren, queridos hijos, para que ese “Fiat” de mi Mamá se multiplique en ustedes, de fruto en ustedes, sea visible en ustedes.

Recuerden poner mucha atención a mi Evangelio y a mis Llamados de Amor y Conversión, para que puedan profundizar, cada día más, en los designios de Misericordia.

Les doy mi bendición compasiva, piadosa, anhelante del amor de ustedes, deseosa de ser amada por ustedes

En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Ave María Purísima, sin pecado original concebida.

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