Pequeña nada de mi Sagrado Corazón Eucarístico:
Con el mayor amor de mi Divino Corazón transmito mis Últimos Llamados, Llamados de Amor para la Conversión.
Cuánto deseo que las almas puedan ver al Divino Cordero de Dios en el Sagrado Corazón Eucarístico. Yo, me manifiesto a ti resucitado, pero con las señales de haber sido sacrificado. Es decir, viviente en la Cruz, con mi Corazón hecho Eucaristía, traspasado por amor.
Querido hijo, el Cordero que se manifiesta en el Fin de los Tiempos, que es adorado por todos los vivientes, es el Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús, por eso esta es mi Obra Magna, donde cumplo la manifestación profetizada del Cordero.
Yo soy el Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús: el Cordero de Dios que quita los pecados del Mundo.
Oren y escuchen mis Llamados con atención para que puedan contemplar al Cordero de Dios.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.