Apóstoles de Mi Sagrado Corazón, reciban la semilla de la Palabra en sus corazones. Recuerden la parábola del sembrador: tiró semillas entre las rocas y las semillas no dieron fruto porque no tenían tierra fértil; tiró semillas entre las espinas pero las espinas ahogaron el fruto; tiró semillas en el camino pero las aves se las comieron. Así actúa Satanás; ahoga la Palabra como con espinas, o hace que los corazones se vuelvan como roca y que la Palabra se caiga y no se cimente, o hace que la Palabra caiga en el camino, que caiga afuera del corazón y Satanás la arrebata.
Sean tierra fértil y buena, que caiga la Palabra en sus corazones y de fruto abundante, para que no sólo prediquen Mi Palabra con su boca sino que la prediquen con su testimonio.
Queridos apóstoles, no digan que Dios es Amor cuando ustedes no dan amor. No digan que Dios es Paz, cuando vosotros no la practicáis. No, queridos hijos Míos, sino que demostrando amor, prediquen que Dios es Amor. Sino que viviendo en paz, prediquen que Dios es Paz. Sean realmente Mis instrumentos; ofrézcanse a Mi Corazón sin miedo, acepten los sacrificios y sufrimientos que se les permiten vivir para consolar Mi Corazón por todas las ofensas del mundo.
Hijos, Yo sufro mucho, no se quejen de sus sufrimientos sino que únanlos a los Míos y alcancemos Misericordia para todo el mundo.
Les doy Mi Paz. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. SHALOM.