20 junio 2018 – LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL CASTO Y AMANTE CORAZÓN DE SAN JOSÉ

20 junio 2018 – LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL CASTO Y AMANTE CORAZÓN DE SAN JOSÉ

Mi Castísimo Corazón de padre, anhela que los hombres se enamoren de Dios. Enamorarse de Dios es amarlo sobre todas las cosas, confiar en Él, creer que es un Padre Providencial, y que las alegrías y las tristezas que Él permite que sus hijos vivan son para el bien de sus mismos hijos.

Amar a Dios es creer que es un Dios de amor y que de su Corazón solamente fluye una eterna Fuente de Amor.

La humanidad cada día está empeorando más. Las familias cada vez se destruyen y se dividen más. Los jóvenes y los niños cada vez se confunden más. Porque la humanidad entera ha quitado su atención en el Amor del Crucificado.

Queridos hijos, cuando Yo estuve en la tierra era un joven normal, trabajaba, oraba, pero cada día trataba de experimentar el Amor de Dios, en todo momento mi pensamiento estaba centrado en el Amor de Dios y aunque satanás me dijera que Dios no me amaba, nunca caí en su tentación.

Hijos:
Es necesario de que mediten más en el Amor de Dios, el mundo se está destruyendo por falta de amor, y el único amor que puede salvarlos es el Amor de Dios, que ya ha sido entregado a ustedes en el Corazón de Jesús.

Queridos hijos, Yo, San José: un hombre de trabajo y de casa, un hombre de oración y de familia, un hombre de fe y de vida ordinaria; los exhorto, piensen más en el Amor de Dios, crean más en el Amor de Dios.

Queridos hijos, es urgente y necesario que cada corazón se ocupe en pensar más en el Amor de Dios y orar al Espíritu Santo, implorando, que nos revele el Amor de Dios. Yo estoy con ustedes hijos de mi Casto Corazón y quiero guiarlos al Reino del Amor de Dios.

Y a ti, pequeño lirio, se te ha concedido que Luisa Picarreta y el Padre Pío sean tus dos protectores celestiales. Y, unido al don de la encarnación mística vienen las heridas de Jesús, y te confirmo, porque Jesús me lo ha pedido, que tú tienes las heridas de Jesús, invisibles, pero reales; y recuerda que, una de las cosas por las que te ofreces como víctima es para que la humanidad reciba el Amor de Dios.

Les doy mi bendición, como el padre San José seducido y llamado por el Amor de Dios.

En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.