Paz y alegría recibe Amada Alianza, de la Santísima Trinidad y de los Tres Sagrados Corazones.
Yo, el Padre de toda Providencia, tengo preparado un reavivamiento[1] para todo mi Apostolado.
Ese reavivamiento comenzó, concretamente, cuando les pedí la Cruzada del Nuevo Pentecostés.
Pero deseo reafirmar la promesa que di: Que el Apostolado será la Obra de mis sueños, de mis planes y de mis intenciones.
Pero para que también se cumpla, plenamente, este Divino Querer, es necesario que todos mis hijos, en la Obra Magna, comiencen a ejercer su ministerio.
No se puede pedir el triunfo de los Sagrados Corazones Unidos si no se trabaja por ese triunfo.
Por lo tanto, ustedes pongan su pequeña parte2.
Yo y mi Providencia Divina pondremos todo lo que falta para el triunfo de los Sagrados Corazones.
Por lo tanto, como Coordinación Mundial, comiencen a pedir que todos los ministerios dentro de la Obra Magna pongan ya su empeño en su misión.
Que las traducciones no se demoren.
Que los grupos que aún no están estructurados comiencen a solidificarse con la estructura.
Que toda iniciativa que sirva para dar a conocer la Obra Magna inicie, para que la Obra y los Llamados de Amor comiencen a propagarse por el mundo entero.
Que los que tienen las posibilidades inicien la construcción de los Centros de Espiritualidad.
Así como la propagación de los Oratorios Peregrinos.
Y la divulgación, a todos, de los Sacramentales del Apostolado.
Amados hijos, nadie puede ser rechazado de la Obra Magna solo porque no viva en gracia.
Todos son llamados a ser parte de esta Obra.
Así también son llamados a ser parte de esta Obra los no católicos, porque recuerden que el Apostolado tiene una misión ecuménica[2].
Amada Alianza, como Coordinación Mundial les pido: animen a todos los miembros de la Obra Magna a comenzar a ejercer con seriedad, constancia, decisión, fe y alegría sus misiones dentro de la Obra y en el mundo entero, porque estos Últimos Llamados de Amor y de Conversión deben ser conocidos y escuchados.
Este Llamado, todo el mundo está llamado a ser parte de la Obra Magna y ustedes, hijos míos, como Apostolado, están llamados a hacer que todo el mundo sea apóstol de los Sagrados Corazones Unidos.
Que mi Llamado, en lo que ustedes disciernen necesario, llegue a todos los Coordinadores.
Amada Alianza, es necesario que la Obra Magna crezca y se consolide en todas las áreas.
Los bendigo.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado original concebida.
[1] Hechos 8,5-8; Jonás 3, 4-5; 1Reyes 18, 37-39; Hechos 2,2-4 2 Colosences 1,10.
[2] Lucas 7,1-10; Marcos 5,1; Juan 4; Mateo 15 22-28