Mi Corazón Inmaculado es un recipiente de gracia.
El Agua y Sangre que brotaron del Sagrado Corazón de mi Jesús, en la Cruz, los guardé también en mi Corazón, para depositarla en los corazones de mis hijos.
Por eso soy Reina de los corazones, porque el Señor me ha confiado los corazones de la humanidad.
Hijos míos:
Por eso, las grandes gracias y promesas que he dado alrededor del mundo son para vuestra conversión, para vuestro arrepentimiento y para que también tengan una mejor relación con Dios.
Por eso, hijos míos, el Gran Aviso que he prometido al mundo, cuando cada ser humano vea sus pecados como el Señor los ve, es una gracia de mi Corredención: para que sus corazones sean tocados, para que los caminos sean allanados, para que mis hijos vean el mal causado por ellos mismos y se arrepientan.
Eso es, hijos míos, el Gran Aviso: un pequeño juicio, pero lleno de Amor y de Misericordia de parte de Dios para las almas del mundo, y realmente se conviertan.
No todos, hijos míos, van a aceptar esta gracia. Muchos hombres empeorarán su vida. Por eso, hijos míos, oren mucho, oren siempre, confíen en mis palabras y en lo que les digo. Todo lo hago por orden de la Divina Voluntad, pero con todo el Amor de Madre porque quiero vuestro bien.
Pero recuerden, hijos míos, que vuestro bien es el Cielo, es Jesús, es la salvación de sus almas.
Gracias por acoger en sus pequeños corazones mi llamado maternal. Les amo y les bendigo.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.