Querido hijo, víctima de la Cruz:
Conocer los tesoros escondidos, en estos Últimos Tiempos, en los Llamados de Amor y de Conversión es una gracia del Espíritu Santo.
El Divino Espíritu reveló a mi Corazón Casto y Amante los tesoros de Dios Padre Tierno y Misericordioso: el Verbo que se hace hombre y la Virgen concebida sin pecado que, por acción del Divino Espíritu, se convierte en la Madre del Redentor.
Del mismo modo, el Divino Espíritu revelará a las almas que mediten y oren con los Últimos Llamados de Amor y de Conversión el gran tesoro escondido en el Apostolado, la Obra Magna de Jesús y de María.
Con mi Casto y Amante Corazón te bendigo.
Y exhorto a todos los apóstoles de los Sagrados Corazones a meditar en el Capítulo 39 del Libro del Génesis
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.