Pequeña nada de mi Sagrado Corazón:
La providencia y la misericordia del Padre Tierno y Misericordioso ha realizado esta Era de Amor: el Tiempo de los Dos Testigos –de los Dos Corazones, de las Dos Lámparas–, mi Sagrado Corazón Eucarístico, como el Cordero traspasado por el sacrificio de la Cruz y el Corazón Doloroso e Inmaculado de mi Santa Mamá, como la Mujer Vestida de Sol.
Pequeña nada, es tanto el amor de Nuestros Sagrados Corazones Unidos por la humanidad que, hemos dado un camino espiritual concreto para que todos los hombres se unan a la Alianza Eterna del Hijo Encarnado y de la Virgen Inmaculada. El Apostolado es esa obra que exhorta a las almas a unirse a Nuestros Dos Corazones. El Apostolado es una obra de amor.
Estas manifestaciones de nuestros Sagrados Corazones son revelaciones privadas, pero están al servicio de la Iglesia. Y con estas revelaciones de Nuestros Sagrados Corazones Unidos llamo a todos los hombres bautizados, fieles, consagrados, pastores, al amor.
El Apostolado es un instrumento de mi Espíritu a través del cual quiero enseñar a mi Iglesia su vocación: el amor. Están siendo llamados con urgencia al amor.
Nuestros Dos Corazones son el remedio a los males de esta era. ¡Escúchennos!
Escuchen al Sagrado Corazón Eucarístico de Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote, que los bendice.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado original concebida.