Nuestros Tres Sagrados Corazones están presentes, este tiempo, es un tiempo de gracias. Jesús, nuestra Señora y mi Castísimo Corazón están atentos a los ruegos, a las suplicas, a los ayunos y ofrecimientos que realicen a través del Apostolado y de estos Últimos Avisos.
El Padre, con nuestros Tres Corazones, quiere realizar un plan de Amor, de Paz y de Conversión en toda la Creación. Por eso, nuestros Sagrados Corazones necesitan de ustedes, necesitamos que abran su corazón a Dios, que cambien sus vidas y sean reflejos vivientes de estos Últimos Llamados.
Cada miércoles, cuando mi Casto y Amante Corazón se aparece para dar el Llamado de Amor, también se presentan el Corazón Eucarístico de Jesús y el Doloroso e Inmaculado Corazón de María, los Tres Corazones de la Santa Familia.
Escuchen estos Últimos Llamados con todo el corazón, practiquen lo que se les pide en ellos, para que cambien de vida y entonces Dios podrá intervenir en el mundo por medio de ustedes, como los apóstoles de los Sagrados Corazones.
El Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús, el Doloroso e Inmaculado Corazón de María y mi Casto y Amante Corazón los bendicen.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.