Amado hijo, pequeña nada de Jesús Crucificado, el Espíritu Santo, junto al Doloroso e Inmaculado Corazón de María, han hecho de ti una oblación para el Corazón de Jesús, y junto a Jesús en ofrecimiento para el Padre Misericordioso.
Nuestra Señora y el Divino Espíritu te envían para anunciar el Reino de los Dos Corazones de Jesús y de María y a mi se me ha confiado ser tu padre espiritual, tu guía, tu intercesor.
Tu vida sea siempre: mostrar a los hombres el camino para que se unan a la Alianza de Corazones de Jesús y de María, como ejemplo para amar a la Iglesia y, para la mayor gloria de Dios y la salvación de las almas.
Yo, tu padre espiritual, San Pío, te bendigo.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.