Pequeño Jesús-María:
El Espíritu Santo es la unión misma entre el Corazón del Hijo de Dios y el Corazón virginal de nuestra Señora.
El Espíritu Santo, con su obra y gracia, es el que ha unido a estos dos Corazones. Por el Espíritu Santo el Redentor ha contado, en su ministerio salvífico, con una Corredentora.
Esta Alianza entre el Redentor y la Corredentora es una vida de oración, testimonio y reparación.
La vida que brotó de esta Alianza de los dos Corazones primero fue comunicada a mi Casto y Amante Corazón y, ahora, a todos los apóstoles de estos dos Sagrados Corazones.
Por eso, el camino para llegar al Padre Tierno y Misericordioso es el Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús. Pero, para llegar al Padre, al Hijo y al Espíritu el camino es el Corazón Doloroso e Inmaculado de María.
Yo, San José les he dado mi testimonio de mi consagración total a Dios, pero, por medio de María.
Con mi Casto y Amante Corazón te bendigo. Sigue llamando a la humanidad, pequeña víctima, a este camino de salvación. Llama a todos a esta Alianza de los dos Corazones.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado original concebida.