Te bendigo, carmelita. Recordamos la memoria de nuestra Señora de la Merced y Misericordia. También como nuestra Mamá ha llamado la Fuente de su Jardín: Fuente de Gracia y Misericordia. Nuestra Señora, es la Puerta de la Misericordia, Corredentora de las almas y Guardiana de la Fe, del santo Resto Fiel.
Pequeño Elías del Tiempo de María, reza, no te preocupes y confía en los Llamados del Cielo. Por medio de esta Obra, Jesús y María realizan un compendio de todas las Gracias y Manifestaciones auténticas, celestiales. Por medio de este Apostolado se están reuniendo todas las almas del Resto Fiel. Confía, tienes un director y padre espiritual que cree en esta Obra y en los últimos Llamados de Amor y Conversión. Él no te impedirá extender el Reinado de los Sagrados Corazones sino que te ayudará a concretar tu misión en servicio de la Iglesia.
¡Alégrate! porque todo ha sido dispuesto para el Triunfo de Jesús y María. No te preocupes o perturbes, el Cielo te dirá hacia donde debes llevar la Misión y el Mensaje. Tú, confía en el Cielo y en tu director. Manuelito, siempre permanezco aquí, te cuido en las horas nocturnas, te acompaño en el trabajo del día, siempre estoy aquí en el Jardín de María y en la Fuente de Gracia y Misericordia, porque el Corazón Doloroso e Inmaculado de María así me lo ha encargado.
Te bendigo. Paz. Aleja al enemigo con esta sencilla oración: “Por intercesión del Doloroso e Inmaculado Corazón de María, aléjate, Satanás, y déjame en paz. Soy de Jesús Crucificado y sólo a Él pertenezco”.
Te bendigo, también como tu Protector, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado concebida.