25 abril 2018 – LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL CASTO Y AMANTE CORAZÓN DE SAN JOSÉ

25 abril 2018 – LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL CASTO Y AMANTE CORAZÓN DE SAN JOSÉ

Querido hijo, lirio clavado en la cruz con Jesús, transmite sin cansarte nuestros Últimos Llamados de Amor y de Conversión para la humanidad.
Muchos no creen e incluso persiguen, pero las almas que sí creen, y que van a vivir fielmente nuestros Últimos Llamados, serán almas que van a saber discernir los tiempos, serán almas que caminarán bajo la Luz del Espíritu Santo, y serán almas que con sus vidas van a acelerar el Triunfo del Doloroso e Inmaculado Corazón de Nuestra Señora.
Cuando Yo era muy pequeño meditaba, oraba y ansiaba conocer, servir, y seguir al Mesías de Dios que rescataría a Israel, y el Señor sorprendió mi Corazón, porque no solo sería un seguidor del Mesías sino también su padre legal, su amparo, su refugio, su sostén, que lo iba a educar como a un Hijo, que lo iba a mantener durante treinta años bajo mi autoridad paternal, y cuando Él, Jesús, ya estaba listo para su misión fui llamado para esperarlo en la Eternidad y poder estar con Él, cuando Él con su Sacrificio abriera el Paraíso para todos.
¡Permitan al Padre sorprenderlos también, que sus almas sean seducidas por el Espíritu Santo! El Espíritu Santo les dará fuerza y perseverancia para vivir fielmente estos Últimos Llamados al mundo entero.

¡No permitan que el enemigo malo los confunda! Hay muchas voces en esta generación y la mayoría de esas voces son del maligno, que quiere alejar por todo medio las almas de Dios. Dentro de esas voces también hay falsos profetas.

Escuchen con el corazón nuestros Llamados de Amor y de Conversión y vívanlos. Y como es el mismo Sagrado Corazón que ha suscitado esta Obra, en este tiempo, todos los que la acojan serán protegidos y guiados a la Verdad en un camino de santidad.

Por eso, es importante: ¡escuchen y mediten nuestros Últimos Llamados de Amor y de Conversión!

Yo, San José, también, anhelo, ahora, que regrese el Mesías a implantar su Reino Eucarístico, e intercedo por todos ustedes, para que siguiendo mi ejemplo sean dóciles al Plan de Dios.

Les doy mi Bendición Paternal.

En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.