Reina de la Paz.
Querido hijo, hoy me presento ante tu alma como Reina de la Paz. Vengo al mundo y vengo a tu alma, santuario de mi Corazón.
Es muy fuerte la lucha para mantener cerrado este Santuario, cerrado al ruido de los mercaderes, al mundo, al ruido, a la tecnología mal usada, la ciencia que se desvía de su propósito y el hombre que vive sin amor ni temor a Dios[1].
¿Verdad que es dura, Manuelito? pero nunca, nada hay más valioso que el sufrimiento, la alegría, la pena y el dolor, esto quiere decir la vida misma del hombre que sea solamente para Dios.
Hijos, hoy abro al mundo las puertas del Reino Celestial y les pido que ingresen a la Casa de mi Padre Celestial limpios, por eso les digo: ayunen, oren, sacrificio y penitencia les pide, hoy, su Madre. Como Madre derramo gracias sobre el mundo, sobre la Iglesia de mi Hijo, sobre el Papa y todos mis predilectos. Oren, oren, oren, por sus pastores para que sean santos, guíen bien a mis hijos.
Del norte, del sur, del este y oeste, hoy les bendice la Dama Blanca y Señora Purísima: María, Reina de la Paz[2].
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado original concebida.
[1] Romanos 3, 17-19
[2] Comentario del instrumento: Este mensaje fue dado por las apariciones de nuestra Santísima Madre en Medjugorje, como María, Reina de la Paz.