Alabado sea el Sagrado Corazón Eucarístico de mi amado Hijo Jesús.
Queridos hijos:
Mi Corazón Doloroso e Inmaculado al recibir las palabras que la Santísima Trinidad, a través del santo Arcángel Gabriel, me dirigían[1], dijo: Sí, hágase.
Di mi Fiat a los planes de la Divina Voluntad y por obra del Espíritu Divino, mi Corazón, humano pero inmaculado, latió, por primera vez, con el Corazón del Hijo de Dios.
En el misterio de la Encarnación, el Espíritu Santo, el Corazón Doloroso e Inmaculado de su Madre y el Corazón Sagrado Eucarístico de mi Hijo Jesús abrieron las puertas de la vida eterna y de la gracia, a toda la humanidad.
Por eso, nuestros Sagrados Corazones están unidos, pero por el Espíritu Santo. Al invocar el misterio de nuestros Corazones Unidos, también invocan al hacedor de este gran prodigio, el Divino Espíritu.
Hoy, les doy la bendición especial de la Alianza de los Dos Sagrados Corazones y del Espíritu Santo.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
[1] ANUNCIACIÓN: Visita que hizo el Ángel Gabriel a la Virgen María para comunicarle que iba a ser la Madre del Salvador. Al dar su consentimiento a la Palabra de Dios, María se convirtió en la Madre de Jesús por obra del Espíritu Santo. Catecismo de la Iglesia Católica (484, 494).
Ave María Purísima, sin pecado original concebida.