Alabado sea el Sagrado Corazón Eucarístico de Jesucristo, el Cordero que, en el Altar de la Cruz, se ofreció en sacrificio al Padre Tierno y Misericordioso.
Yo, el Arcángel San Miguel, soy el custodio y defensor de las intenciones de los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y de María. El Reino de Jesús y de María, y sus planes de amor y de conversión, son custodiados por mí.
El Apostolado es la obra y la misión de los Dos Testigos. El Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús, con el ministerio de Elías, evangelizará al mundo entero por medio de su Madre, Nuestra Señora; y, Jesús mismo, siendo Sumo y Eterno Sacerdote con el ministerio de Moisés renovará a la Iglesia, a los ministros.
Pequeña nada, los Dos Testigos son Jesús y María, y, el Apostolado es la obra evangelizadora de los Dos Testigos, porque con el apostolado Jesús y María quieren evangelizar toda la tierra.
Dile a los hombres, tus hermanos, que se comprometan con amor, pero con decisión por esta Obra de los Dos Testigos.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima sin pecado original concebida.