25 julio 2018 – LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL CASTO Y AMANTE CORAZÓN DE SAN JOSÉ

25 julio 2018 – LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL CASTO Y AMANTE CORAZÓN DE SAN JOSÉ

Hijos de mi Casto y Amante Corazón:
Los invito nuevamente a adentrarse a mi Corazón. Mi Corazón es el camino del alma fiel, mi Corazón es el camino de todo bautizado, que se resume en orar y servir. Todo bautizado está llamado a estas dos cosas: orar desde el corazón, orar sin miedo, orar sin desconfianza, orar sabiéndose que se es escuchado, y servir, servir en tu trabajo, servir en tu familia, servir en tu comunidad de oración. Pero al recorrer mi Corazón, que es el camino de San José, además de la oración y del servicio, están las virtudes: las virtudes ayudan al alma a que cumpla bien su servicio y a que ore bien.

Queridos hijos:
Los invito a meditar en la humildad profunda, humildad que no es exterior. Humildad profunda es la humildad del corazón, saberse creado por Dios y que nada podemos hacer sin su Espíritu Santo.
Humildad que nos hace comprender que hemos sido perdonados porque hemos pecado.
Humildad que nos hace crecer en la caridad, porque el alma humilde ante todo ama. Ama pero en el Amor de Cristo, el alma humilde, en ese Amor, sabe orar y sabe servir.

Hijitos:
Yo, San José, después de Jesús y de la Santísima Virgen, fui el primer fiel, el primer consagrado a los Dos Corazones que practicó la oración y el servicio con la ayuda de la humildad.

Hijos:
Aunque Yo no entendía, aunque muchas cosas mi Corazón no podía comprenderlas, Yo decía: sí, al Plan de Dios, porque la humildad me hacía entender que no era Yo quien haría lo encomendado sino el Espíritu Santo utilizándome.

Hijos, no son ustedes los que van a poner en práctica nuestros Llamados, será el Espíritu Santo a través de ustedes. Para ello, hijos, es necesario poner la voluntad humana a un lado, para que domine el Divino Querer de Dios. Hijos, Dios solo quiere el “sí” de cada uno de ustedes; Él se encargará de todo, como lo hizo conmigo cuando peregriné en la tierra.

Hijitos, escuchen los Llamados de Amor. Por Voluntad Divina nuestros Tres Corazones están diciéndole al mundo lo que Dios quiere de los hombres por medio de cada Llamado de Amor y Conversión.

Por eso, el Padre nos envía y, por eso, el Padre permite nuestras venidas a este lugar santo para transmitir a los hombres el Divino Querer.

Y, por medio de los Llamados de Amor y del Apostolado, el Padre ha venido, a través de los Sagrados Corazones, a reunir, a recoger y a formar al Ejército de Apóstoles de estos Últimos Tiempos.

Por eso, queridos hijos, ¡escúchenos con el corazón!

¡Que la paz reine en ustedes y que puedan transmitir la paz y la cercanía de Dios a los demás!

Como el padre San José, primer discípulo del Corazón de Jesús, los bendigo.

En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.