Mi Corazón Inmaculado, es la Fuente de la Paz, porque de mi Corazón ha nacido para el mundo la Paz, que es mi Hijo. Deseo invitarlos a la Paz. Vivan en el silencio interior para que el ruido de la mente y del corazón, de los sentimientos y de la razón, estén en silencio y escuchen a Dios.
Y así, en este recogimiento del alma, se llenen del Espíritu Santo, crezcan en la oración, y vivan el Amor. Pero es importante, queridos hijos, la Paz. La paz del corazón se consigue cuando se han abandonado a Jesús y confían plenamente, sin defecto, en el Amor de Jesús. Queridos hijos, invito a que confíen solamente en el Amor de Jesús, y tengan paz.
Queridos Apóstoles de nuestros Sagrados Corazones: Propaguen los Cenáculos de Oración, unida a la devoción del Sagrado Escapulario de nuestros Corazones Unidos, para que el mundo entero se consagre a nuestros Sagrados Corazones, que es la devoción de éstos Últimos Tiempos, devoción tan querida, tan deseada, por el Padre Eterno.
Les doy mi Bendición Maternal, vivan en paz, en silencio, y en mucha y contante oración, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.