Cuando mi Corazón fue abierto por la lanza en la Cruz brotaron sangre y agua, brotó mi Espíritu y mi Vida, mi Humanidad y mi Divinidad, porque Yo Jesucristo soy verdadero Hombre y verdadero Dios.
Al pie de la Cruz, no sólo estaba mi Madre, estaba mi amado Juan y María Magdalena, ellos fueron testigos de la apertura de mi Corazón, ya no sólo en Espíritu, sino también en Verdad, porque se abrió para recibirlos a todos. Juan y María, al pie de la cruz, por intercesión de mi Madre, se hicieron los Nuevos Apóstoles de Nuestros Sagrados Corazones, siguiendo el ejemplo de mi padre San José. Y ellos se entregaron para consolar, amar y reparar Nuestros Sagrados Corazones, y, por eso mismo, San Juan y Santa María Magdalena son intercesores de esta Obra de los Últimos Tiempos. Es un ejemplo a seguir para ustedes. Los dos cambiaron de vida, los dos se arrepintieron, los dos se dejaron amar y también amaron. Sigan también el ejemplo de éstos Dos Apóstoles de Nuestros Dos Corazones y dediquen su vida a consolarnos, a obedecernos y a cambiar cada día.
Le doy mi bendición con misericordia: en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén
Al pie de la Cruz, no sólo estaba mi Madre, estaba mi amado Juan y María Magdalena, ellos fueron testigos de la apertura de mi Corazón, ya no sólo en Espíritu, sino también en Verdad, porque se abrió para recibirlos a todos. Juan y María, al pie de la cruz, por intercesión de mi Madre, se hicieron los Nuevos Apóstoles de Nuestros Sagrados Corazones, siguiendo el ejemplo de mi padre San José. Y ellos se entregaron para consolar, amar y reparar Nuestros Sagrados Corazones, y, por eso mismo, San Juan y Santa María Magdalena son intercesores de esta Obra de los Últimos Tiempos. Es un ejemplo a seguir para ustedes. Los dos cambiaron de vida, los dos se arrepintieron, los dos se dejaron amar y también amaron. Sigan también el ejemplo de éstos Dos Apóstoles de Nuestros Dos Corazones y dediquen su vida a consolarnos, a obedecernos y a cambiar cada día.
Le doy mi bendición con misericordia: en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén