Hijos de Mi Sagrado Corazón, Mi Deseo es que cada uno de ustedes se convierta de verdad.
Pequeñitos, nunca deben de cesar, de perseverar, porque la conversión es una conquista diariamente; así, como diariamente deben vencerse a ustedes mismos, vencer sus voluntades, vencer sus egoísmos, vencer sus debilidades, diariamente deben morir, renunciar, y cargar la Cruz.
Hijos Míos, les hago un Llamado: crezcan en el amor al prójimo, porque quien odia a su hermano es un suicida, quien odia a su prójimo es un homicida, quien guarda odio en su corazón ya ha matado su propio corazón; el rechazo, el desamor y la prepotencia no son dones son maldiciones, porque alejan sus corazones de la Ley del Amor.
Si quieren seguirme, amen sin medidas, sin condiciones, porque, así, Yo Amo, así, Yo, también, los soporto a ustedes, así, Yo, también, tengo paciencia con ustedes, así, Yo, también, tengo que perdonarlos a ustedes.
¡Crezcan en el Amor, para que puedan crecer en la Divina Voluntad! Amor y Divina Voluntad son dos prendas iguales y hermanas, hijas de la Divina Misericordia. Pongan atención a Mis Palabras, Yo les hablo porque les amo y quiero vuestra salvación.
Les bendigo con Amor Misericordioso: en el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.