Queridos hijos, los exhorto a abrir el corazón a mi Reinado de Amor. El Reino del Espíritu Santo inicia con un Pentecostés en el alma, un Bautismo de Fuego y Espíritu en el alma que se abre a la Divina Voluntad.
Al invocarme, como el Corazón Doloroso e Inmaculado de María les ha enseñado llamarme, vengo al alma, la inundo de Amor de Dios y la muevo a la conversión; pero es necesario que el alma de el primer paso, que es la disposición.
Queridos hijos, para comprender más la obra de mi Apostolado y saber vivir los Llamados de Amor y de Conversión, lean estos Últimos Llamados, y, además de leerlos, oren con ellos y mediten para poder vivir y comprender el Espíritu del Apostolado. Deben leer desde el primer Llamado de Amor y de Conversión, continuar así con todos los demás, en el orden, para ir profundizando en esta escuela espiritual.
Yo, el Espíritu Santo, los bendigo.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.