Queridos hijos, muestro mi Corazón a toda la humanidad, la Santísima Trinidad desea que mi Corazón sea revelado, conocido, aceptado por todos los hombres. Es por eso, queridos hijos, que obedeciendo a los divinos designios del Señor me he manifestado en muchos lugares de la tierra y enseñado las Palabras de mi Hijo, para que los hombres se conviertan. Pero muy pocas almas escuchan, mis Palabras son rechazadas, mis profetas son despreciados, y un resto, muy pequeño de almas, son fieles y me aman de verdad.
Pequeños, deseo que los Apóstoles de mi Corazón Inmaculado sean siempre buenos. Oren, mis pequeños, oren por la conversión de muchas almas. Hijos, oren, para que también ustedes, se enamoren de mis mensajes maternos y desde el amor los vivan, enamórense de mis Llamados de Amor y de Conversión.
Les doy mi Bendición Maternal.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado original concebida.