Mis hijos, mis apóstoles:
Mi Corazón de Madre se abre como Puerta de Gracia para todos ustedes. Y deseo que agradezcan al Padre por el Don de mi presencia entre ustedes.
Hijos míos, están viviendo momentos de gran misericordia. Como nunca antes Dios Padre está derramando mercedes sobre la humanidad a través de nuestros Sagrados Corazones.
Queridos hijos, Dios Padre ha escogido esta tierra y este santo lugar para extender –desde acá– el Reino de nuestros Dos Corazones para todo el mundo, y exaltar la Cruz como un signo de victoria del Corazón de mi Hijo Jesús.
Queridos hijos, los exhorto, valoren las gracias que están recibiendo. El gran dolor que mi Corazón siente es la indiferencia, la indiferencia traspasa mi Corazón.
Nuevamente les pido:
–Valoren mi presencia maternal entre ustedes.
–Valoren estos Últimos Llamados de su Madre a la humanidad.
–Y, perseveren en este camino de santidad que es mi Apostolado.
Les doy mi bendición maternal.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.