Mis queridos hijos, Mi Corazón Inmaculado ha pedido la devoción de los Primeros Sábados de cada mes: de la Sagrada Comunión Reparadora, el Santo Rosario y la Confesión, para reparar y consolar Mi Corazón Inmaculado y Doloroso por los pecados del mundo entero.
Esta devoción está unida a los Primeros Viernes de cada mes, junto a la Sagrada Comunión Reparadora, a la Adoración Eucarística y a la Confesión, y en la meditación de la Dolorosa Pasión de Mi Amado Hijo Jesús.
Estas dos devociones, representan la Unión, de los Corazones de la Madre y del Hijo. Pero Mi Corazón, aun sufre, y como Madre me entristece ver la dureza, la pérdida de muchas almas. Porque como Madre que soy de toda la humanidad, veo a cada momento, a muchos hijos Míos perderse continuamente; y me duele tanto el rechazo del mundo al Sacrificio Doloroso de Jesús en el Calvario.
Hijos Míos, pidan perdón con corazones sinceros. No olviden la importancia del ayuno y de la Oración, y de leer la Palabra de Dios.
Cambien, hijos Míos, el Señor me ha enviado para ayudarles, como Madre, a cambiar sus vidas. Estén abiertos al cambio que Dios quiere hacer en sus vidas. El Espíritu Santo hará el resto; se encargará de ustedes, velará por todas sus necesidades.
Lo importante, queridos hijos, ES CAMBIAR, ARREPENTIRSE y VIVIR EN EL AMOR DE DIOS.
Los corazones sinceros que se arrepienten ¡consuelan a esta Madre tan afligida! por la pérdida de muchas almas.
Les bendigo, como Tierna Madre, de Gracia y de Misericordia. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.