Queridos hijos:
Nuestros Sagrados Corazones son las Dos Lámparas que iluminan el camino hacia la santidad, y este camino es la vida sacramental y de amor a la Iglesia, y nuestros Sagrados Corazones iluminan la vida del alma y el alma vive la unión de nuestros Dos Corazones.
Nuestro Dos Sagrados Corazones guiaran sus almas al abrazo pleno con el Padre Tierno y Misericordioso. Por eso, hijitos, escuchen nuestros Llamados de Amor y de Conversión, porque a través de la espiritualidad de nuestros Sagrados Corazones deseamos conducirlos a la Iglesia, a los sacramentos y a la santidad.
Con mi Doloroso e Inmaculado Corazón les doy mi bendición maternal.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Y así tenemos la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en prestar atención como a una lámpara que brilla en el lugar oscuro, hasta que el día despunte y el lucero de la mañana aparezca en vuestros corazones. (2 Pedro 1, 19)