30 de junio del 2025 – LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DE DIOS
PADRE TIERNO Y MISERICORDIOSO
Durante el rezo en la hora final del Triduo de Amor Comentarios del instrumento:
Amadísimos hermanos, hemos concluido nuestro tercer día de esta gran Fiesta de Oro a los Sagrados Corazones Unidos de Jesús, María y José.
Y hemos recibido una Corona, una Corona de gloria, un regalo, un don, una gracia inexplicable que, a mi propia persona, ha dejado sin habla, sin palabras y profundamente emocionado y agradecido con el Señor porque su misericordia es eterna.
El Señor nos ha entregado la Fiesta de la Pascua de los Sagrados Corazones Unidos. El Señor ha renovado la Fiesta de las Tiendas de las Moradas de aquel antiguo pueblo que profetizaba la verdadera Morada: los Tres Corazones. Y no podemos estar más que agradecidos y felices con los prodigios del Señor.
Ahora es el paso de los Tres corazones por el mundo y ellos son nuestra esperanza por la paz, por la familia, por la Iglesia, por el Apostolado.
Tenemos Tres Moradas seguras donde nada ni nadie nos apartará del Amor, de la Misericordia y de la Providencia de Dios: los Tabernáculos, los Corazones de Jesús, María y José.
Felicidades, queridos apóstoles. El Señor ha sido grande con nosotros. No dejemos de alabarle, de darle gracias, de cantarle himnos y salmos por su infinita misericordia, por su bondad. Que los frutos de esta gran Pascua de los Tres Corazones se derramen en nosotros y a través de nosotros a nuestros cercanos y a nuestros prójimos; y que esto nos anime a entregar el alma, la vida y el corazón por el Reino de los Tres Tabernáculos del Cielo:
Jesús, María y José.
Muchas felicidades, amados apóstoles. Sigamos constantes. Recuerden que la Caridad de Cristo nos urge entre nosotros para empezar. No nos desanimemos, sigamos adelante porque el Señor está cerca y nosotros somos parte de su instrumento para que Él reine, para construir lo que profetizaba san Juan Pablo II: la Civilización del Amor. Y empecemos entre nosotros, como apostolado, a construir entre nosotros la Civilización del Amor.
Con esta alegría en el corazón, con este regalo de Dios Padre, con esta Pascua nueva revelada, continuamos nuestra misión y recibimos la bendición que Él nos diera durante la aparición:
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Fiat.
¡Que viva Jesús! ¡Que viva María! ¡Que viva José! ¡Que viva la Pascua de los Tres Corazones! ¡Que viva el Apostolado! Y ¡que viva la Obra Magna! Y ¡que viva cada apóstol que dice sí a los Tres Corazones! Fiat.