Yo Soy un Padre amoroso.
Es tan grande mi Amor que no desprecio a los hombres por sus múltiples pecados y caídas, aún más cerca quiero y deseo estar de él, porque necesita de mi Amor de Padre.
Y tú, mi pequeño hijo especial de Fátima, dile a mi Pueblo que crea, que me ame y que me escuche, que me obedezca.
Yo Soy deseo la salvación de los hombres, deseo que vivan felices, que vivan en paz, pero el hombre sufre tanto mal porque no ama, no se ama, ni ama a sus hermanos y coherederos.
Yo deseo vivamente que los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y María triunfen y reinen, y así, quede disipado todo mal en los corazones de mis hijos. Pero, es necesario la conversión interior y la oración de corazón, sobre todo, el amor, para que regresen a mi redil.
Confiesen sus culpas.
“Yo Soy” soy un Dios de Misericordia, un Padre amorosísimo que desea reunir a todos mis hijos en el Arca de la Salvación. Vengan y no dejen esperando los brazos de su Padre.
Te amo y te bendigo. Te agradezco por escucharme.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado original concebida.