Hijo mío, guarda mis Palabras en tu corazón.
Hijo mío, escribe mis Palabras y guárdalas en tu corazón[1], como lo hace y hacía mi Santa Madre[2].
Yo Soy, quiero hablar a cada alma, cada corazón, a fin de que me conozcan y sigan mi camino, camino de amor y entrega y de sacrificio. En este camino, mi pequeño instrumento, serán purificados y perfeccionados llevando la cruz de la obediencia, la obediencia a la santa Ley que os dio mi Padre, obediencia al gran mandato del Amor.
Siguiendo con perfección mi camino de entrega[3], cumpliendo cada deber con espíritu penitente, y diciendo como mi Madre, a través de lo que el Ángel de la Paz les enseñó en Fátima: “todo por Ti, Jesús, por tu Amor”.
Cuando se adhieren a mi Sagrado Corazón experimentan la belleza de mi Amor. Sean devotos a mi Sagrado Corazón imitándome. Pero para hacerlo, antes deben conocerme[4]: lean las Escrituras y sumérjanse en los ríos de Gracia y en los tesoros que les entrego en mi Sagrado Corazón.
Este mensaje está ungido con mi Sagrado Corazón, a fin de que muchas almas sean tocadas. Amén.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María purísima, sin pecado original concebida.
[1] Proverbios 4, 4
[2] Sn Lucas 2, 19
[3] Sn Mateo 5, 48
[4] Sn Juan 17, 3