En mi Casto y Amante Corazón los hijos de María tienen, también, su refugio. Mi Corazón de padre es para los apóstoles de los Últimos Tiempos una escuela y un hogar.
A través de mi Casto y Amante Corazón son consagrados al Doloroso e Inmaculado Corazón de la Reina del Cielo. La Reina Celestial y el Espíritu Santo me formaron, me prepararon y me hicieron: esclavo de amor de Jesús a través de María.
La escuela de mi Corazón son los Llamados de Amor y Conversión que, con amor paternal, les entrego.
Y el título del Casto y Amante Corazón de San José es un hogar donde todos los hijos de María, guiados por mí, el padre san José, son formados como verdaderos apóstoles de sus Sagrados Corazones.
Queridos hijos, los exhorto: cada miércoles, oren con el corazón los siete Dolores y Gozos de mi Corazón paternal, porque, en ellos, les he revelado mi vida, mi vía crucis y mis alegrías junto al Señor y a la Mamá Reina.
Hijos, soy san José, padre del Apostolado, y escuchándome llegarán a la Madre y al Hijo.
Con amor paternal los bendigo.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.