Queridos hijos, intercedo por toda la Iglesia ante Mí Hijo Jesús para que Mi Hijo, a través de Mi Inmaculado Corazón, regale el don de la fortaleza, la fuerza del Espíritu Santo, para que Mis pequeños hijos fieles se mantengan firmes en este tiempo donde el odio a la fe y a la Iglesia se ha incrementado en muchos lugares de la tierra; unos pelean por implantar su religión; otros por implantar ideas erróneas; otros para destruir la imagen de la familia.
Mis pequeños, les invito a todos a la oración, para que con vuestra oración, pidan la fortaleza para toda la Iglesia Universal.
Pequeños, el Triunfo de Nuestros Dos Corazones está muy pronto para venir a ustedes iniciando con un Nuevo Pentecostés.
Los sufrimientos que está pasando la Iglesia de Mi Hijo y la tribulación que se acerca deben tomarlos como purificación por vuestros pecados y los pecados del mundo entero, pero Vuestra Madre Celestial, Reina del Amor y de La Paz, no dejará solo a ningún siervo de Mi Hijo.
Les invito a la oración, la oración es fortaleza.
Les amo y les bendigo, en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Lean la carta a los Hebreos, capítulo 3.
Les amo y les bendigo, en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Lean la carta a los Hebreos, capítulo 3.