30 Mayo 2014 – Llamado de Amor y Conversión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María

30 Mayo 2014 – Llamado de Amor y Conversión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María

Abran sus corazones a mis gracias, con la oración.

Mis queridos hijos, hoy, nuevamente, vengo a ustedes y quiero hablarles a vuestras almas. La oración, queridos hijos les llevará a cumplir obras, obras de amor, la obra hecha oración1.

Si abren sus corazones a mis gracias, háganlo con la oración, abriéndose a mis gracias con la oración y desde la oración. La oración les acerca a mi Hijo, la oración purifica sus almas2, la oración sana vuestro interior. 

Puede asemejarse la oración a un rayo de luz que penetra nuestro interior y les va iluminando y así verán qué necesita el alma, verán claramente sus pecados con los que ofenden a mi Hijo Jesús, purificando de esta forma sus almas, sintiendo claramente el dolor de haber sido infieles a mi Hijo. 

Hijos míos, solo la oración es el arma poderosa. Sobre todo, mi Santo Rosario les guiará en estos Últimos Tiempos de tribulación.

Orad, orad, orad con vuestra Madre. Su Santa Madre quiere guiarles a la Gloria del Padre. Yo, su Santa Madre, como medianera de todas las gracias sanaré todas sus heridas.

Soy su Madre orante que les quiere enseñar a orar, porque orando sus almas son llevadas a la presencia de Dios3, sus lágrimas son enjugadas con la oración, orando se obtienen gracias. 

Hijo mío, mira el mundo, pide la paz. Pero, si no abren sus corazones con la oración, no obtendrán la paz. La paz verdadera solo puede darla mi Hijo Jesucristo. La paz, la justicia, la santidad brotan del Sagrado Corazón de Jesús. 

La oración les llevará a la paz, la paz a la caridad, a la prudencia; la prudencia los llevará a la delicadeza con sus hermanos. Así no ofenderán a mi Hijo que vive en cada uno de sus hermanos, les quiero conducir a la más alta unión perfecta con el Padre.

Les amo y les bendigo. 

En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

Ave María purísima, sin pecado original concebida.


  1. Santiago 2, 18
  2. 1 Pedro 1, 22
  3. 2 Corintios 12, 2

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