Queridos hermanos y hermanas, les invito a orar por los sacerdotes para que, con vuestras oraciones, los sacerdotes reciban ayuda y consuelo de parte de sus oraciones.
Mis queridos hermanos y hermanas, el Señor me ha escogido para ser el Santo Protector de los sacerdotes de estos Últimos Tiempos, que se han consagrado, no sólo como sacerdotes de los Últimos Tiempos, sino también como sacerdotes del Cordero de Dios que preparan el Triunfo del Cordero de Dios.
Mis queridos hermanos y hermanas, con vuestras oraciones ayuden a cada sacerdote de estos Últimos Tiempos. Y llénense, junto a ellos, del Fuego de un Nuevo Pentecostés.
El Santo Rosario y la Adoración Eucarística renovarán el mundo entero y prepararán para la Era de Paz y Amor de la Divina Voluntad.
Les entrego la Bendición de Cristo Sacerdote,
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Y yo, San Juan María Vianney ruego por todos los apóstoles de los Últimos Tiempos al Corazón Eucarístico de Jesús. Paz.