De mi Corazón Eucarístico ha brotado mi Apostolado como fruto de mi misericordia insondable. Este Apostolado, profetizado en Apocalipsis 12, profetizado por San Luis de Montfort, es la Obra Magna de mi Sagrado Corazón.
Es grande porque con esta obra expandiré en la humanidad el Reino Eucarístico de mi Corazón. Es grande porque con los Cenáculos de Oración y los Últimos Llamados de Amor y de Conversión preparamos los corazones para el Triunfo del Corazón Materno de mi Mamá Reina; y, cuando el Corazón de la Reina Celestial triunfe, el Espíritu Santo descenderá sobre toda la Creación, suscitando un Nuevo
Pentecostés.
Mi Apostolado prepara y ora para que estas gracias vengan a la humanidad.
Este Apostolado vive de la espiritualidad de la Cruz: mi Sagrado Corazón unido en la Cruz.
¾ Espiritualidad que le revelé a santa Ángela de Foligno y a Luisa Picarreta.
¾ Espiritualidad de la Cruz que revelé a Concepción Cabrera.
¾ Espiritualidad de la Cruz que vengo a anunciar, con este Apostolado, a la humanidad.
Esta obra de mi Sagrado Corazón también es la obra de la Cruz, de la Cruz Gloriosa de mi Sagrado Corazón Eucarístico, y con mi Corazón unido a la Cruz bendigo a la humanidad.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima sin pecado original concebida.