Queridos hijos, la devoción de los Primeros Viernes al Sagrado Corazón de mi Hijo, la devoción de los Primeros Sábados a mi Doloroso e Inmaculado Corazón preparan a mis apóstoles para el Reinado de Paz de mi Hijo que se va a aperturar con el Triunfo de mi Doloroso e Inmaculado Corazón.
A Santa Margarita Alacoque se reveló la devoción al Corazón de mi Hijo, y en Fátima revelé el Misterio de mi Corazón a los tres pastorcitos. Y ahora, en esta Obra de Nuestros Sagrados Corazones, revelo la unidad, la continuidad y la Alianza de Amor de estas dos grandes devociones que calman la ira del Padre.
Pequeñitos, Nuestros Sagrados Corazones Unidos –por medio de la Devoción a Nuestros Sagrados Corazones, a través de los Cenáculos de Oración, junto a los Últimos Llamados de Amor y de Conversión a toda la humanidad– preparamos, formamos, convocamos a los hijos fieles de Dios para que caminen, siguiendo nuestra luz enriquecida por la Palabra de Dios y sin cansancio, en este éxodo de corazones.
Pequeños, el Reino Eucarístico de mi Hijo les espera. San Miguel, San Gabriel, San Rafael, el Ángel de la Paz y sus Ángeles de la Guarda, peregrinan con ustedes.
Les amo y les bendigo.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado original concebida.