Alabado sea el Sagrado Corazón Eucarístico de mi Divino Hijo, Jesucristo.
Queridos hijos:
Es tan importante que puedan comprender y creer que los Dos Testigos están con ustedes. Con el Apostolado ha iniciado la Era de la Mujer Vestida del Sol y del Cordero.
Amados hijos, Yo, me he entregado toda a ustedes. Los Llamados de Amor y de Conversión son los gritos de parto de mi Corazón.
En las Devociones del Apostolado están todos los deseos de mi Corazón Maternal. En las oraciones reveladas, a mi pequeño profeta, están manifestados los anhelos de nuestros Sagrados Corazones Unidos.
Queridos hijos, Jesús y Yo, nos hemos entregado todo a ustedes. Queridos hijos, cuando ustedes ven mis Llamados de Amor y las Devociones reveladas como una carga pesada están poniendo límites a su amor. Nuevamente les digo, nuestros Sagrados Corazones se han entregado, sin reservas a ustedes. Pero ustedes, queridos hijos, no se entregan completamente a nosotros. Es momento de que se decidan verdadera y auténticamente por el Apostolado.
Les doy mi Bendición Maternal.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado original concebida.