Renunciar a sí mismo.
Queridos hijitos, les invito a comprender que, renunciar a su voluntad para someterse a la Voluntad de Dios, es la mayor reparación que cada uno de mis hijos puede realizar. Renunciar a sí mismo, morir a sí mismo, para que ya no sea el hombre sino Cristo viviendo en el corazón del hombre.
Queridos hijos, les invito a comprender que su “sí” es importante en estos tiempos, ya que se necesitan almas que reparen, que oren por todos los pecados del mundo, que cada día van en aumento ofendiendo al Sagrado Corazón que tanto les ama.
Es necesario que invoquen las gracias de la Sagrada Pasión de mi Hijo Jesús para que puedan entender el Misterio de la Redención, para que puedan vivir constantemente en Jesús, para que comprendan que su sacrificio es muy importante para que se abra una fuente de gracias para el mundo. Porque hay muchas almas que necesitan esas gracias para poder convertirse.
Queridos hijos, oren por sus familias, oren por la juventud del mundo, recuerden que en Fátima dije que vendrían modas que ofenderían al Señor.
Queridos hijos, oren para que puedan convertirse, discernir. Invoquen siempre al Espíritu Santo. Sellen sus hogares, sus familias, sus hijos con la Preciosa Sangre de mi Hijo Jesús.
Queridos hijos, el enemigo de las almas se mueve más que nunca, es necesario que se unan constantemente para orar, para reparar, para llevar el Triunfo de los Sagrados Corazones Unidos.
Queridos hijos, con sus oraciones, sacrificios y penitencias seguramente mi Corazón Doloroso e Inmaculado triunfará.
A todos los objetos religiosos que han traído los bendigo. Los bendigo a ustedes con la Preciosísima Sangre de su redención.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado original concebida.