Más tarde estando en oración el Sagrado Corazón de Jesús habló, y en locución interior me dijo:
Mi pequeño nazareno, Manuelito, mi pequeño corazón, i pequeño nazareno, hoy te digo: que todas las oraciones de todos mis niños, de todos los que son como niños y me aman, son las que me confortan y sostienen en la gran batalla espiritual que se ha desatado sobre mi pueblo.
¡Ora mi pequeño clavel! ¡Ora delicada espina de mi Sagrado Corazón! Juntos venceremos esta guerra. Gloria sea siempre al Padre Eterno, Yahvé nuestro Abba. Amén.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima sin Pecado Concebida