Pequeño, deseo hablarte de los corazones que acogen Mi Divina Misericordia, así las almas comprenderán lo que significa aceptar el perdón y recibir Mi Amor Misericordioso en sus vidas.
Hijo, cuando un corazón acoge Mi Divina Misericordia es porque ha sentido, como un Don de Mi Espíritu Santo, el dolor del arrepentimiento; dolor no sólo de la conciencia sino un verdadero dolor de haber traicionado el Amor de Dios con sus pecados. Al recibir esta iluminación y corrección, el alma necesitada y herida, guiada por Mi Espíritu, recurre a Mi Corazón a entregar sus maldades y pecados, y reconoce ante el Cristo-sacerdote sus culpas, las cuales asume humildemente; y recibe Mi Divina Misericordia al pedir perdón y al dejarse perdonar por Nuestro Amor Trinitario que abraza al alma, la vigoriza e impulsa a seguir en el mundo pero ya no a vivir según el mundo sino según Mi Palabra, es decir un alma que acepta Mi Divina Misericordia vive el Reino de Mi Palabra.
Como ejemplo, Manuelito, ve a San Francisco de Asís, “el esposo de la Cruz pobre”, quien después de arrepentirse, acoger Mi Divina Misericordia y actuar según Mi Espíritu, se hizo evangelio viviente. San Francisco, el “esposo de la Cruz” fue y es un verdadero heraldo del Reino de la Palabra de Dios. Palabra que encarnó viviendo el ejemplo de Mi Mamá. San Francisco fue un verdadero misionero que quiso evangelizar Mi Iglesia y propagar por doquier el Reinado de Mi Palabra haciéndolo con el testimonio y la renuncia.
Apóstoles de Mi Sagrado Corazón, como San Francisco “esposo pobre de Mi Cruz”, les invito: vivan con fuerza y radicalidad el Reinado de la Palabra de Dios. Te amo y bendigo, hijo. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.