Hijos amados:
Yo Soy Yahvé y mi nombre de Padre Tierno y Misericordioso deseo escribirlo con fuego en sus corazones y puedo hacer tal prodigio, pero si abren su corazón.
Hijos, reconózcanse amados desde su primera existencia y, como hijos que se saben amados den testimonio del amor[1].
Esta Obra del Apostolado es un Ejército de almas amadas y amantes de Dios Padre.
Con la oración y con el testimonio diario prediquen a todos el amor misericordioso de Dios Padre. Sean almas pequeñas, sean almas abandonadas en la misericordia de Dios, eso es ser como niños[2]. Vivan el ejemplo de la Divina Infantita María que, desde muy tierna edad, supo abandonarse a la misericordia. La misericordia los hará santos y su testimonio será eficaz para los demás.
Les amo y les bendigo.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado original concebida.
[1] Hechos 10, 42-45
42 Y nos mandó que predicásemos al Pueblo, y que diésemos testimonio de que él está constituido por Dios juez de vivos y muertos.
43 De éste todos los profetas dan testimonio de que todo el que cree en él alcanza, por su nombre, el perdón de los pecados.»
44 Estaba Pedro diciendo estas cosas cuando el Espíritu Santo cayó sobre todos los que escuchaban la Palabra.
[2] Mateo 18, 1-5
1.En aquel momento se acercaron a Jesús los discípulos y le dijeron: «¿Quién es, pues, el mayor en el Reino de los
Cielos?»
2.Él llamó a un niño, le puso en medio de ellos
3.y dijo: «Yo os aseguro: si no cambiáis y os hacéis como los niños, no entraréis en el Reino de los Cielos.
4.Así pues, quien se haga pequeño como este niño, ése es el mayor en el Reino de los Cielos.
5.«Y el que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe.