Queridos hijos, oren con todo el corazón, para que, a través de la oración, vuestros corazones reciban la paz de mi Hijo Jesús.
Queridos hijos, oren en paz, para que, orando en paz, orando en confianza, orando y esperando en mi Hijo, la paz también tenga efectos en su vida ordinaria. A pesar de todas las tribulaciones de la vida humana,
Mis hijos, con la oración, pueden afrontarlas y solucionarlas en paz—pero si oran con el corazón—y la paz dará incluso la salud al alma y al cuerpo, porque el alma que está en paz, con Dios y con los hombres, es un alma sana y limpia y en su vida tendrá amor y la compañía permanente del Espíritu de Dios.
Por eso, hijitos míos, mi invitación es: Oren, con el corazón, para que tengan paz, y la paz dará frutos abundantes de caridad en sus vidas. Yo, la Madre de la Paz y del Amor, les bendigo.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado original concebida.