Muy pronto vendré a reunir a mi Rebaño Fiel.
Muy pronto vendré, mi pequeño. Verán iluminar una luz en el cielo[1]. Será un Pastor que viene en busca de su Rebaño, un Pastor que fue herido, calumniado por sus enemigos[2], abandonado por sus amigos[3], traicionado por sus hijos. Al herirlo, muchas ovejas del Rebaño fueron dispersas[4]; unas raptadas, otras engañadas, otras muertas… pero el Pastor se ha llenado de Fuerza, Fuerza de lo Alto[5] y reunió a su rebaño[6], aquellas ovejas y mansos corderos que, a pesar de la tribulación, se mantuvieron fieles a la Voz de su Pastor[7].
Este Pastor llevará a su Rebaño a la tierra donde mana leche y miel[8]. En sus praderas, el niño se sentará al lado de la víbora, de los leones y mansas ovejas junto a la pantera. Todas las bestias del campo convivirán juntas[9]. Serán el Rebaño de mi Padre, será en el atrio de su Templo. Donde, desde su Altar fluirán y correrán ríos de agua viva[10] para calmar la sed de las almas.
Hijo, cada Palabra de mi Sagrado Corazón de Jesús es desde el Amor y con Amor. Yo, Tu Jesús, con mi Corazón de Buen Pastor, vendré a reunir a mi Resto Fiel[11].
Dile a mi Pueblo de Israel que esté vigilante. Pronto pasaré a buscar a mi Resto Fiel. Conversión y paz les pido en mi Sagrado Corazón.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado original concebida.
[1] Apocalipsis 22, 5
[2] Sn Mateo 26, 31
[3] Sn Mateo 26, 56
[4] Jeremías 23, 1
[5] Sn Lucas 1, 69
[6] Miqueas 2, 12
[7] Ezequiel 34,23
[8] Deuteronomio 26, 9
[9] Isaías 25, 65
[10] Apocalipsis 22, 1
[11] Apocalipsis 14, 12